Siguiendo con esta serie de artículo sobre la visión de
algunos viajeros con respecto a La Guaira, presentamos en esta ocasión las del
científico alemán Alejandro de Humboldt, quien llega el 20 de noviembre de 1799
y, junto a su ayudante Aimé Bompland exploró Caracas y sus alrededores,
haciendo mediciones de temperatura y describiendo el paisaje geográfico así
como la flora y la fauna, en la obra titulada Viaje a las Regiones
Equinocciales.
Lo primero que advierte Humboldt es que las
personas que le acompañaban le recomendaron no dormir en la Ciudad de La
Guaira, que acababa de recuperarse de una epidemia de fiebre amarilla, sino en
Maiquetía que se presentaba con mejor clima.
Humboldt describe la ciudad de La Guaira
aludiendo que cuenta con sólo dos calles que van de este a oeste y una población
que oscila entre 6.000 y 8.000 habitantes, dotada de fortificaciones” bien
dispuestas y mantenidas” y observa lo siguiente: ¨”El aspecto de este lugar
muestra algo de solitario y lúgubre, creyendo uno encontrarse, no en un
continente cubierto de vastas selvas, sino en una isla rocallosa, privada de
mantillo y de vegetación”.
Sigue describiendo Humboldt a La Guaira de la
siguiente manera: “el calor es asfixiante en el día, y las más de las veces
también en las noches”. “Las calles de La Guaira me han parecido en general
bastante aseadas, con excepción del barrio de las carnicerías”.
Sobre el puerto dice: ”es más bien una rada
que un puerto, pues la mar está allí constantemente agitada.” y describe la
forma en que son cargados los barcos: “los negros y mulatos libres que llevan
el cacao a bordo de las embarcaciones son una clase de hombres de una fuerza
muscular muy notable. Pasan el agua a medio cuerpo, y, cosa bien digna de
atención, nada tienen que temer de los tiburones, que son frecuentes en este
puerto” .
Su camino a Caracas también fue escenario de
amplias descripciones de las cuales destacamos, de manera reducida la
siguiente. “El camino de La Guaira al Valle de Caracas es infinitamente más
hermoso que el de la Honda a a Santa Fe y el de Guayaquil a Quito.” “En buenas
mulas no se gastan sino tres horas para ir del puerto de La Guaira a Caracas y
bastan sólo dos para el regreso. En mulas de carga o a pie, el viaje es de
cuatro a cinco horas “
Esto sólo una parte muy pequeña de toda la
descripción que hace el científico alemán sobre estas tierras, que es a la vez
el producto de las condiciones en las cuales se encontraba el país y la región
a finales del siglo XVIII.
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