lunes, 1 de febrero de 2016

ALEJANDRO HUMBOLDT: LA GUAIRA








ALEJANDRO  HUMBOLDT

Siguiendo con esta serie de artículo sobre la visión de algunos viajeros con respecto a La Guaira, presentamos en esta ocasión las del científico alemán Alejandro de Humboldt, quien llega el 20 de noviembre de 1799 y, junto a su ayudante Aimé Bompland exploró Caracas y sus alrededores, haciendo mediciones de temperatura y describiendo el paisaje geográfico así como la flora y la fauna, en la obra titulada Viaje a las Regiones Equinocciales.
Lo primero que advierte Humboldt es que las personas que le acompañaban le recomendaron no dormir en la Ciudad de La Guaira, que acababa de recuperarse de una epidemia de fiebre amarilla, sino en Maiquetía que se presentaba con mejor clima.
Humboldt describe la ciudad de La Guaira aludiendo que cuenta con sólo dos calles que van de este a oeste y una población que oscila entre 6.000 y 8.000 habitantes, dotada de fortificaciones” bien dispuestas y mantenidas” y observa lo siguiente: ¨”El aspecto de este lugar muestra algo de solitario y lúgubre, creyendo uno encontrarse, no en un continente cubierto de vastas selvas, sino en una isla rocallosa, privada de mantillo y de vegetación”.
Sigue describiendo Humboldt a La Guaira de la siguiente manera: “el calor es asfixiante en el día, y las más de las veces también en las noches”. “Las calles de La Guaira me han parecido en general bastante aseadas, con excepción del barrio de las carnicerías”.
Sobre el puerto dice: ”es más bien una rada que un puerto, pues la mar está allí constantemente agitada.” y describe la forma en que son cargados los barcos: “los negros y mulatos libres que llevan el cacao a bordo de las embarcaciones son una clase de hombres de una fuerza muscular muy notable. Pasan el agua a medio cuerpo, y, cosa bien digna de atención, nada tienen que temer de los tiburones, que son frecuentes en este puerto” .
Su camino a Caracas también fue escenario de amplias descripciones de las cuales destacamos, de manera reducida la siguiente. “El camino de La Guaira al Valle de Caracas es infinitamente más hermoso que el de la Honda a a Santa Fe y el de Guayaquil a Quito.” “En buenas mulas no se gastan sino tres horas para ir del puerto de La Guaira a Caracas y bastan sólo dos para el regreso. En mulas de carga o a pie, el viaje es de cuatro a cinco horas “
Esto sólo una parte muy pequeña de toda la descripción que hace el científico alemán sobre estas tierras, que es a la vez el producto de las condiciones en las cuales se encontraba el país y la región a finales del siglo XVIII.


HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS DE LA GUAIRA




ORIGENES DEL HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS DE LA GUAIRA



El 24 de septiembre de 1694 Fray Francisco de Ayeta, de la provincia del Santo Evangelio de México y Procurador General de todas las Indias, solicita se le permita fabricar un hospital en el Puerto de La Guayra, donde pudiesen recogerse los religiosos de la orden de Santa Cruz de Caracas. Este primer intento por establecer un hospital en el puerto fracasó, pues no fue concedida la petición. 
El 28 de julio de1715, la ciudad suplica se conceda a los religiosos de San Juan de Dios la licencia que solicitan para fundar un hospital en La Guayra. El 30 de julio de 1715 el Dean y Cabildo Eclesiástico y el Prelado y frailes del Convento de Nuestra Señora de la Merced de Caracas, informan a su Majestad sobre la conveniencia de que haya en este puerto un hospital de los padres de San Juan de Dios. En atención de haber cóngrua (sic) para él, por donación que hizo Doña Josefa de Górliz. 
Este Hospital se fundó con el producto de la hacienda «Toda - Osana» que fue donada por Doña Josefa de Górliz, vecina de La Guayra, quien testó a su favor el 30 de agosto de 1706.  El apoderado de sus bienes fue el Castellano de La Guayra, el hacendado Don Andrés del Pino. 
En el testamento nombra por herederos de sus bienes a los Padres de San Juan de Dios, con la condición de fundar un Hospital en el Puerto de La Guayra, y que la fundación se hiciera, dentro del término de doce años. De no ser así, perdería vigencia la Obra Pía y sus bienes pasarían a sus herederos, en esta forma: la mitad, a Doña Petronila de Caviedes (sobrina) y a Doña María Josefa de Ibieta (hija de su otra sobrina Doña Inés de Caviedes); y la otra mitad, «a su alma...». Su sobrino Pedro de Caviedes fue nombrado administrador de la Obra Pía de Todasana, con un sueldo anual de 300 pesos. 
En 1711 se tomó posesión de la hacienda y se inició la fábrica material del Hospital.  En 1775 existían ya 68 esclavos y 15.734 árboles de cacao. De 1770 a 1775 la propiedad produjo un promedio de 3.650 pesos anuales. Además de cacao, producía plátanos, mameyes, aguacates, totumos, cocos, yuca, maíz, guanábanas, nísperos, cañafístolas y piñas. 
Entre sus fértiles tierras sobresalían por su producción las vegas de Santa Rosa, San Rafael, Islote, San Juan o El Rincón, La Veguita, La Cumara, Las Animas, El Camino de Uritapo y El Salto. 
El lero de febrero de 1717 Fray Fernando de Torremocho, Procurador General de la orden de San Juan de Dios, informa a S.M. que Doña Josefa de Górliz, vecina de La Guayra dejó por testamento una cantidad de dinero para que su religión fundase un hospital en el citado puerto.  Solicita la Real licencia. 
El 29 de marzo de 1717, Su Majestad aprueba las licencias dadas por el Obispo de Caracas y el Gobernador de Venezuela para fundar dicho hospital. 
El 10 de mayo de 1717, S.M. da las gracias a Don Andrés del Pino, vecino de La Guayra por el celo con que facilitó se pusiese en ejecución la fundación del Hospital San Juan de Dios. 
El 28 de agosto de 1718, la provincia de Santa Cruz de Caracas pide licencia a S.M. para fundar un convento en el puerto de La Guayra. 
En 1718 Fray Juan Pineda, general de la orden de San Juan de Dios, informa a S.M. haber fundado un hospital en el puerto de La Guayra, y suplica contribuyan las embarcaciones con una soldada para el sustento de los soldados y marineros que reciben asistencia en dicho establecimiento. 
El 13 de julio de 1740 Don Gabriel de Zuloaga, tomando en cuenta el mal estado en que están los hospitales de Caracas, propone que con la venta del noveno y medio, se funde y fabrique en el puerto de La Guayra otro hospital. 
El 9 de diciembre de 1746, el Ilustrísimo señor Don Juan García Abadiano, dignísimo Obispo de Caracas informa a S.M. que al Hospital San Juan de Dios le han añadido cuatro celdas, que es muy pobre la iglesia y no tiene adornos y el hospital sólo tiene una sala para enfermos. 
El 18 de octubre de 1748, el Gobernador Don Luis Castellanos informa a S.M. que el Hospital San Juan de Dios de La Guayra fue hecho por unos religiosos que se establecieron en una casilla del solar que les donó Don Andrés del Pino. Fue allí donde se comenzó la fábrica del Hospital, añadiéndole otro terreno que tomó Fray Manuel Rodríguez del cerro de San Antonio que se rebajó. Se ha ido fabricando enfermería, claustros y celdas con oficinas, y ahora construyen una iglesia, pues la que había era una capilla abierta con campanas, en el mismo claustro. El plano del Hospital fue hecho por Don Luis Antonio de la Pedroza, Capitán de mar de dicho puerto. 
El 28 de julio de 1767 el Comandante y los vecinos del puerto, insisten sobre la necesidad que hay de erigir un convento formal en la casa hospicial que tienen los religiosos franciscanos de la provincia de Santa Cruz. 
El 7 de julio de 1773, el Gobernador Don José Carlos de Agüero remite al Rey las instancias que hacen los vecinos del puerto de La Guayra, para que se les conceda la gracia de erigir aquel pueblo en Villa.  Entre los méritos que alegan están: el haber fundado y mantenido el convento y hospital de San Juan de Dios; haber hecho puentes y haber empedrado todas las calles. 
El 14 de septiembre de 1777 entera al Gobernador de Caracas, por Real Cédula fechada en Aranjuez el 23 de abril de 1777, que no está dispuesto a permitir que se erija un convento franciscano en el hospicio que funciona junto al Hospital San Juan de Dios de La Guayra. 
El 13 de marzo de 1788, Don Martín de Iriarte, quien luego fundada, en 1816, el Hospital de Caridad para mujeres, propone a la Junta de la Real Hacienda de Caracas, que tome por cuenta de esa Institución la casa que tiene en el puerto de La Guayra para que construyan con ella un hospital, casa cuyo valor dejará en descargo de los derechos que ha adeudado por sus negociaciones. 
El 30 de Marzo de 1789, el Intendente Don Juan Guillelmi contesta a la real orden que apruebe lo acordado por aquella Junta para que se compre a Don Martín de Iriarte una casa para que funcione el Hospital Real de La Guayra, en pago de los derechos que ha adeudado. 
En el año 1794 se presentó en el Litoral una nueva epidemia de «calenturas», que azotó la región; esta «peste» causaba estragos en la población. El encargado del convento y Hospital San Juan de Dios se vió en aprietos para poder atender a toda la población enferma, ya que contaba con pocos bienes para el funcionamiento del Instituto. El encargado da en arrendamiento la hacienda «Tuasana», propiedad del 

PUERTO DE LA GUAIRA EN MANOS DE LOS INGLESES








CUANDO EL PUERTO DE LA GUAIRA ESTABA
EN MANOS DE LOS INGLESES


Hasta 1927 el puerto de La Guaira estuvo en manos de los ingleses.


En los tiempos de Joaquín Crespo, el Congreso Nacional aprobó un contrato que había firmado el ministro de Obras Públicas con Juan Esteban Linares y Federico Salle para construir el Puerto de la Guaira. La concesión era por 99 años y podían cobrar tasas y derechos sobre pasajeros y carga, además de los llamados “Derechos de Puestos”, que debían pagar los barcos para utilizar los muelles.

Durante el tiempo de concesión el gobierno nacional no podía construir, ni ceder el derecho de un puerto, ni muelles, ni tajamar en la costa de La Guaira. Además la nación se comprometía a pagar a los contratistas el seis por ciento de interés anual sobre los ocho millones de bolívares que ellos invertirían para construir la obra. Por si fuera poco, la compañía constructora podía disponer, sin costo alguno, de piedra, tierra y arena de los lugares que considerara conveniente. También podía utilizar, gratuitamente, las tierras que le quitaran al mar por dragados y rellenos.

El general Guzmán Blanco, para ese entonces Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela, firmó otro contrato en Londres con ingenieros británicos, mediante el cual se otorgaba la concesión para construir el mismo Puerto de La Guaira. Los anteriores contratistas se quedaron con los ojos claros y sin vista. La Guaira pasó a convertirse en posesión inglesa, a tal grado que las unidades de guerra británica fueron recibidas con grandes honores militares durante el bloqueo por el cobro de la deuda. En junio de 1937 el presidente López Contreras pagó a los ingleses más de 17 millones de bolívares por todos los bienes de la compañía.

López Contreras dijo: “Tal vez el costo resultó elevado, pero había que hacerlo. Los ingleses, temerosos del futuro, pretendían negociar el puerto con los norteamericanos y entonces iba a ser más difícil el rescate de la soberanía nacional”

sábado, 29 de diciembre de 2012

NOTAS de HISTORIA

NOTAS de HISTORIA

En la avenida Alameda, frente al mercado, donde hoy se encuentra el Seguro Social, se hallaba la Plaza del Libertador o del Mercado, seguida de la Logia, Sociedad Mutuo Auxilio, un salón para fiestas y un botiquín...

A la izquierda esta la logia y a la derecha es el mercado


...al lado de este último, empezaba el paseo "24 de julio", a orillas del mar, lugar para la recreación de los guaireños quienes iban a pasear y compartir con amistades.

La pared del botiquín mencionado servia como pantalla para pasar películas de Chaplin, Dolores del Rio, entre otras.

El paseo se prolongaba hasta frente de lo que era el Teatro lamas.

viernes, 28 de diciembre de 2012

El Reguardo


La Guaira, El Resguardo
El resguardo era el sitio donde los pasajeros esperaban el tren...
 ...y donde se chequeaban los documentos a los que ingresaban en el puerto.




ZIG-ZAG